Jordania es un país que sorprende. Conocido por acoger las impresionantes ruinas de Petra, este país de Oriente Medio esconde muchos otros atractivos. Y hoy en día es uno de los lugares más seguros para visitar. ¡Descúbrelo!

Empezamos nuestro viaje por Jordania en Aqaba. Sí, empezamos relajados, al pie del Mar Rojo. Un poco de playa y algo de buceo. Y es que esta ciudad costera ofrece grandes oportunidades. Está pegada a Israel, por lo que es una oportunidad para una escapada de día a este país. Pero sobre todo es ideal para relajarnos en alguno de sus lujosos resorts, ubicados en playas paradisíacas que nada tienen que envidiar a zonas del Caribe. Aunque, personalmente, lo que más me atrae de Aqaba es la posibilidad de sumergirnos en el Mar Rojo. El buceo es espectacular. La visibilidad bajo el mar, asombrosa.

Pero desde Aqaba podemos realizar excursiones de día al Wadi Rum, un desierto realmente sorprendente. Si ya has visitado otros desiertos, el de Wadi Rum en Jordania ofrece paisajes únicos. Puedes explorar este árido escenario en 4×4 o en camello. Pero ten cuidado con las temperaturas. O hace mucho frío, o hace mucho calor.

Y también desde Aqaba es fácil llegar a Petra. Es un viaje largo, unas dos horas de trayecto, por lo que es recomendable hacer noche en Wadi Musa, cerca de las excavaciones. Así, al día siguiente estamos frescos para una intensa visita a un lugar mágico. Porque Petra no defrauda. Todas tus expectativas se verán cumplidas.

Intenta pasar el mayor tiempo posible en las excavaciones, aunque en un día entero puedes ver lo más destacado. Vete preparado con agua y protegido del sol. Después de pasar el Centro de Visitantes, el camino al Tesoro es en bajada. Y estrecho. Estás atravesando el Siq, el desfiladero de Petra. Las formaciones rocosas, las capas por la erosión del viento y los colores forman un paisaje asombroso.

Y al final del Siq, el Tesoro, el Kashné. La fachada del Templo es impresionante. Es una de las imágenes más conocidas de Jordania. Pero es sólo eso, fachada. No es posible acceder al interior, ocupado por tierra y piedra. Desde el Palacio del Tesoro continuamos nuestro camino a otras zonas menos conocidas de Petra. Tumbas de reyes excavadas en las paredes de las montañas nos acompañan.

En una hora de camino desde el Tesoro llegamos al Monasterio, el Deir, en lo alto de una colina con unas vistas impresionantes. Para llegar hay casi mil escalones de subida. Y si no queremos caminar, tenemos burros o camellos que nos llevan. Pero mejor caminar. Nos da más libertad para llegar a ciertos lugares de las excavaciones que permanecen solitarios. El silencio admirando las ruinas es mágico.

Como os decía, intentar pasar el mayor tiempo posible en las excavaciones. A la mañana temprano o al atardecer son las mejores horas. Mágicas. El regreso es cuesta arriba, por lo que tenéis que guardar energías para volver. Pero las imágenes del día se convierten en los recuerdos más memorables de nuestro viaje a Jordania.

Y otro de los grandes atractivos de Jordania es una visita al Mar Muerto. Podemos llegar desde Mádaba, cerca de la capital, Amán. Al estar a más de 400 metros bajo el nivel del mar, la concentración de sal es altísima. Por eso no hay vida marina alguna. De ahí el nombre. El paisaje no es tan impactante como el de Wadi Rum o tan memorable como el de Petra. Pero la sensación de flotar y notar que algo te impulsa hacia arriba es muy curiosa.

Y regresamos a Aqaba. Lugar ideal para relajarnos otra vez en la playa después de un sorprendente viaje por Jordania. Un país muy recomendable y de los más seguros para viajar hoy en día por esta parte de Oriente Medio.

Si queréis más información sobre Jordania o alguno de sus atractivos, no dudéis en escribirnos a info@consejerosviajeros.com o en dejar vuestros comentarios.