La República Dominicana es conocida como destino de playa, para unos días de relax y descanso en alguno de sus lujosos resorts hoteleros con el Todo Incluido. Pero esta isla compartida con Haití esconde lugares imprescindibles, te los descubrimos.
Históricamente, la República Dominicana fue el primer territorio al que llegó Cristóbal Colón en el descubrimiento de América. Conocida como La Española, la isla es la segunda más grande del Caribe después de Cuba, con grandes encantos.
Uno de los primeros imprescindibles de República Dominicana es Punta Cana, zona en la que se ubican la gran mayoría de los hoteles de lujo del país. Hay resorts para todos los gustos, pero lo que no faltará en ninguno es la comida y la bebida con nuestra pulsera del Todo Incluido y, especialmente, las paradisíacas playas de arena blanca finísima con cocoteros y palmeras que dan sombra a la orilla frente a un mar de agua cristalina impactante. Sí, Punta Cana es un lugar muy turístico, pero imprescindible si lo que buscamos es unos días de relax en la playa al lujo de los resorts. Para mi gusto, con mejores playas y hoteles que si los comparamos con Riviera Maya, el otro gran destino para este tipo de turismo.
La Romana e Isla Catalina es otro de los imprescindibles en nuestro viaje por República Dominicana. La Romana es un pueblo muy tranquilo, punto de partida para Isla Catalina, a la que hay que llegar en barco, situada en el mar Caribe y destino de los amantes del snorkel y la vida marina. Catalina está deshabitada, ideal para disfrutar de sus paradisíacas playas y aguas cristalinas. Si buscamos algo diferente, desde La Romana podemos visitar Altos de Chavón, un curioso y tranquilo lugar, que casi nos hace retroceder a la época colonial. Sus calles empedradas y sus casas antiguas, con un anfiteatro en lo alto de una colina que permite impresionantes vistas del río y la jungla, hacen de este lugar un pueblo de artistas, que buscan tranquilidad para sus creaciones. Lo curioso es que, justo al lado, se levanta un espectacular hotel de lujo con campos de golf.
Anécdota. Yo descubrí Altos de Chavón casi por casualidad, porque en mi viaje a isla Catalina perdí el barco en La Romana, así que me hice amigo de un local, Miguel, al que pregunté qué podía hacer hasta el día siguiente que tenía el barco. Miguel, mi amigo, me mostró su “Pasola”, y no penséis mal, es su moto, a la que llama “Pasola”. Pasola no llega a los 50 kilómetros por hora, en las cuestas arriba hay que bajar a empujar y hay veces que le cuesta encender, pero que, como dice Miguel, “te lleva donde vas”. Y con Miguel y su “Pasola” me fui a descubrir Altos de Chavón, la playa de La Caleta y La Romana, en una demostración de lo amigable que es la gente local de República Dominicana.
Península de Samaná es, en mi opinión, el lugar más bonito del país dominicano, ya que reúne lo mejor de otros sitios y todavía no está tan masificado turísticamente como otras zonas, de ahí su encanto. Resorts de lujo, paradisíacas playas, una costa espectacular y una poblada jungla de un verde llamativo se dan cita en este lugar. Sabana de la Mar y Samaná son pequeños pueblos de casas de madera, coloridas, donde se puede apreciar realmente la auténtica vida local, de pescadores, y conocer el carácter de los dominicanos, gente apasionada, viva y muy alegre. Y mientras, el paisaje se llena de vegetación, verde, un verde muy intenso, ya que entramos en el Parque Nacional Los Haitises.
Desde Samaná observamos pequeñas islas ocupadas por lujosos hoteles. A algunas sólo se llega en barco; otras están unidas a tierra por largos puentes de madera. Cayo Levantado es uno de los islotes más espectaculares, con un impresionante resort en medio de la vegetación y a escasos metros de una playa blanca y un mar cristalino. Sin embargo, hay otras zonas con más encanto, como Las Galeras y Playa Rincón.
Las Galeras, todavía en la Península de Samaná, es un pequeño, muy pequeño, y encantador pueblo de coloridas casas de madera. La gente vive y trabaja descalza aquí, ya que las calles son de arena, aunque los “motoconchos” locales, las motos, son continuos. La playa, en una bahía semicircular, tiene una arena amarilla brillante, cautivadora, con palmeras en la orilla y una pequeña colina en un lateral, salvaje, desierta. Me encanta este pueblo. Si te pierdes por el bosque que hay a espaldas de la playa llegas a descubrir otra similar, donde la paz y la tranquilidad son completas. Es el lugar perfecto para vivir una escapada en un resort de lujo sin perder el contacto con la gente local y la tranquilidad de playas casi vírgenes.
Playa Rincón es, sin duda, una de las playas más bonitas de República Dominicana. También una de las de más difícil acceso. Después de atravesar una profunda vegetación tropical, plantaciones de piña, pequeños pueblos aislados del mundo, casas de madera y vivos colores, y descender una empinada carretera de barro, observamos Bahía Rincón, dominada por un paisaje de palmeras en una extraña pero atractiva figura. La playa parece totalmente virgen, como si nadie se hubiera atrevido a pisar un pie en ella. No hay hoteles, no hay restaurantes, no hay bares, no hay ni gente…
Otro de los lugares imprescindibles en Dominicana es la Cascada El Limón, una impresionante caída de agua que con la luz y el agua tiene un aspecto amarillento, de ahí el nombre, en un precioso paraje de densa vegetación. No lejos está Las Terrenas, un pueblo de dos calles de arena que discurren paralelas al mar. Lo mejor de esta zona son sus espectaculares playas de arena dorada, especialmente Playa Bonita, un arenal precioso con un mar verde vivo muy intenso y palmeras que de retuercen hasta casi tocar el mar.
Si lo que buscamos es alejarnos de cualquier turismo y experimentar la vida loca, en la costa norte lo conseguimos. Recorrer Sánchez, Nagua y Rio San Juan con su deslumbrante vegetación, y perdernos en playas como Playa Grande o Playa Caletón es toda una experiencia. Los amantes del Kite Surf y el Windsurf se dirigen a Cabarete y Kite Beach, y experimentan la apasionante Sosúa.
La capital, Santo Domingo, bien vale la pena su visita. El centro histórico es la zona colonial, donde podemos perdernos por calles empedradas con casas muy antiguas, algunas de vivos colores. También veremos la primera Catedral de América, y plazas dedicadas a Cristóbal Colón o el enorme Faro de Colón. Y ya por último, entre nuestros imprescindibles tenemos Isla Saona, una preciosa isla en el Mar Caribe que podemos ver en una excursión de un día, ideal para el buceo y el snorkel o para disfrutar de paradisíacas playas.
El béisbol, las peleas de gallos y los “sanquis”, son las pasiones locales. Si queréis saber qué es esto último, o tenéis cualquier pregunta o comentario sobre República Dominicana, por favor, dejar vuestras palabras en los comentarios o enviarme un email. También os agradecería le dierais al Like en Facebook o compartierais este artículo en Facebook o Twitter.