Disculpar mi argentino, a pesar de tener familia por allí, como buen gallego, no lo practico demasiado. Pero es que Argentina es fascinante, uno de los países con la belleza natural más impresionante que he visto. Te hacemos una ruta que te maravillará.
Desde la preciosa capital de Buenos Aires, hasta las espectaculares cataratas de Iguazú, pasando por Ushuaia, la Patagonia argentina, con el impresionante glaciar Perito Moreno, y la región de los lagos o la gigantesca pampa, cada rincón de Argentina tiene un sitio para cada visitante.
Nuestra ruta arranca en Buenos Aires; baja hasta Ushuaia, el último núcleo poblado del sur; para en El Calafate para ver el impresionante glaciar Perito Moreno; hace otra parada en el Chaltén para subir al monte Fitz Roy; continúa por la región de los lagos a través de El Bolsón, Villa la Angostura y San Martín de los Andes; y acaba en Iguazú con la fuerza de sus imponentes cataratas. Nos dejamos muchas cosas en el camino, sí, como Puerto Madryn y el avistaje de ballenas, el valle Uspallata, el Puente del Inca y Mendoza, la preciosa Córdoba, donde he visto las mujeres más bellas en este mundo, o la quebrada del norte, con Jujuy y Tucumán, pero es que Argentina es enorme.
Y eso precisamente es lo primero que tenéis que saber a la hora de organizar un viaje a Argentina, su tamaño. Por ejemplo, comparado con España, es cinco veces más grande, y su población es cinco millones inferior. Por lo tanto, las distancias entre los principales atractivos turísticos son muy grandes, y los núcleos de población distan mucho unos de otro. Si tenéis pensado recorrer el país, volar es el mejor método, para ahorrarnos mucho tiempo. Si lo que tenemos es tiempo, los autobuses cubren todos los puntos del país, sea la distancia que sea, disponiendo de trayectos nocturnos que son muy cómodos, con asientos que se convierten en camas. Además, el paisaje que se admira desde el bus es sorprendente, quitando la aburrida planicie de la Pampa, eso sí.
Nuestra puerta de entrada a Argentina seguramente sea Buenos Aires, una ciudad enorme que acoge casi la décima parte de la población del país. Aun así, moverse por ella resulta bastante cómodo, con una buena red de metro y transporte público. Seguramente, habréis escuchado muchas historias de la inseguridad que se vive en la ciudad y, aunque en parte sean ciertas, no dejéis de visitar esta preciosa urbe por ello. Como en toda gran ciudad, ser precavidos, no meterse en zonas aisladas, no ir solos, no lucir pertenencias de valor y vuestra experiencia en Buenos Aires será maravillosa.
La Plaza de Mayo; la Casa Rosada; la Avenida 9 de Julio, considerada como la más ancha del mundo; el cementerio de Recoleta, que acoge a grandes nombres ilustres, la más famosa es Eva Perón; el Barrio de La Boca, imprescindible para los amantes del fútbol, donde se encuentra el mítico estadio de La Bombonera; el estadio Monumental de River; la Plaza de la República; el Obelisco de Buenos Aires; la nueva zona de Palermo… son innumerables las atracciones de Buenos Aires, por lo que tenemos que estar organizados y dedicarle varios días a explorar esta preciosa ciudad. Además, no dejemos pasar la oportunidad de ver un espectáculo de Tango, o de disfrutar de la gastronomía local, mezcla de la comida italiana y española con un toque propio.
Tras pasar unos días en la capital bonaerense, comenzaremos nuestra ruta por el país. Si queréis playa, Mar de Plata es el destino preferido de los capitalinos. Yo, sinceramente, y que me perdonen los fanáticos de este lugar, no lo recomiendo. Hay otros sitios, como Las Grutas, mucho más tranquilos y acogedores. Si buscamos aventura, Ushuaia es nuestro destino, aunque desde Buenos Aires es necesario volar o pasar varios días en autobús. Llegaremos al Fin del Mundo, el lugar poblado más al sur de la Tierra. El pueblo es acogedor, con un imponente paisaje a su alrededor. Y, aunque no hay mucho más que hacer salvo que querramos salir en un crucero por el Ártico, vale la pena llegar hasta aquí para visitarlo.
Lo que sí no os podéis perder en Argentina es la Patagonia, con su imponente Perito Moreno, el único glaciar en avance del mundo que deja boquiabierto a quien lo visite. Hay que llegar a El Calafate, y desde allí podemos hacer una excursión al Parque Nacional para pasar un día admirando su color azul cautivador, hacer una travesía en barco al pie del glaciar que se desquebraja con un intenso ruido, o incluso hacer algo de trekking sobre el hielo del mismo. Hagas lo que hagas, puedes prever la fecha de visita y estar allí en el momento en el que se produzca el derrumbe del típico puente de hielo que se forma cuando el glaciar choca con la tierra y el agua lo atraviesa. La erosión dura semanas, pero si calculamos el tiempo y la visita, la experiencia es única.
Otra parada imprescindible es El Chaltén, un pueblo en medio de la nada, rodeado de montañas espectaculares y donde podemos subir a uno de los picos más altos de Sudamérica, el Fitz Roy. La excursión supone absorber plena naturaleza, con un camino entre montañas nevadas, lagos de colores verde y azul y vistas espectaculares. El agua que bebes lo recoges del manantial que forma el deshielo. Algo similar, en cuanto a paisaje, encontramos en la región de los Lagos, al visitar los curiosos y preciosos pueblos de El Bolsón, San Martín de los Andes y Villa La Angostura. La erupción de un volcán chileno en 2011 dejó a esta última sepultada en cenizas y hoy intenta recuperar su belleza. Aun así, un recorrido por estos parajes de enorme belleza natural, conocidos como el Jardín de la Patagonia, debe de estar en cualquier itinerario.
Por último, debemos de volar a Iguazú, bien desde Bariloche si estamos en la región de los lagos, bien desde Buenos Aires si hacemos esta visita al inicio. Las cataratas de Iguazú, consideradas una de las 7 maravillas naturales del mundo, es un espectáculo único. Se pueden ver dos lados, el brasileño y el argentino, ya que sirven de frontera natural entre estos dos países, y bien vale la pena verlas desde ambos costados. El brasileño nos permite una panorámica más amplia del conjunto, de enorme belleza, y el argentino nos da una visión más cercana, más espectacular, sobre todo al adentrarnos a la Garganta del Diablo. Su volumen, su ruido, su caída, impresiona. Pero es que además podemos acercarnos en barco a sus pies para asombrarnos y mojarnos de arriba a abajo.
Después de este viaje por Argentina podréis decir “Argentina, qué bella que sós!” y aun así os quedaréis cortos para expresar la increíble belleza natural de este país. Faltaría mucho más por decir, por contar y por mostrar, pero este artículo se haría eterno. Uno de los destinos que nos hemos saltado pero que sí me gustaría destacar es Puerto Madryn, donde podemos avistar ballenas a escasos metros de distancia y donde la fauna salvaje es asombrosa, con una gigantesca colonia de graciosos pinguinos.
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