Un crucero por la Polinesia Francesa es una experiencia única en la vida, un viaje inolvidable por paraísos increíbles que uno no puede creerse que existan.
La Polinesia francesa está formada por un conjunto de islas en medio del Pacífico. Las más famosas, Tahiti, Moorea y Bora Bora. Recorrerlas en crucero supone casi llegar al paraíso, un espectáculo de la naturaleza absolutamente asombroso.
La isla más desarrollada de la Polinesia francesa es Tahití, con su capital Papeete. En mi opinión, también es la que menos encanto tiene en comparación con las otras. Al llegar al puerto de Papeete, podemos hacer un recorrido por la isla para descubrir sus bellas playas de arena negra, su salvaje vegetación interior, con cascadas y parques botánicos sorprendentes, conocer la historia de Paul Gauguin en la isla, o sumergirnos en sus aguas para descubrir sus encantos submarinos. Sin embargo, la capital, poca atención merece, salvo su curioso mercado.
Sin embargo, el verdadero encanto de la Polinesia francesa lo descubrimos en Moorea; para mí supera en belleza a Bora Bora, con su espectacular figura dando la bienvenida al crucero. Sus aguas cristalinas, absolutamente transparentes, donde se levantan hoteles cuyas habitaciones están sobre el mar, en pivotes de madera, nos dejan boquiabiertos. Nadar con tiburones y mantas rayas en aguas poco profundas es una experiencia única. Perderse en alguno de sus atolones, con playas de arena blanca impoluta, desérticas, es todo un placer.
También podemos recorrer la pequeña isla por carretera y detenernos en sus muchos miradores al mar para quedarnos asombrados con el contraste que forma el azul del agua, el verde de la vegetación y el blanco de los arrecifes que rodean la isla. Y justo ahí, al pie del paraíso, las cabañas de hoteles de lujo. Y subir al mirador del Capitán Cook es la guinda perfecta para unas vistas fascinantes de la laguna que rodea Moorea.
Y para cerrar nuestro crucero por la Polinesia francesa, Bora Bora, la isla más conocida y de los pocos sitios que puedo decir que he visitado donde la fama es más que merecida. Bora Bora resulta increíble, fascinante. Recomendable hacerse un tour en 4×4 por toda la isla que te lleva a miradores con vistas realmente espectaculares. Observar desde lo alto toda la laguna y los arrecifes que rodean esta isla paradisíaca resulta impresionante.
Realmente, no hay palabras para describir los sentimientos que uno siente ante tanta belleza. Podemos quedarnos horas asombrados ante las espectaculares vistas, pero cuando bajamos a las playas y nos sumergimos en sus aguas, estos sentimientos se multiplican. La arena no puede resultar más blanca. El azul del mar parece multiplicarse. Y la vida submarina no deja de sorprendernos cuando hacemos buceo o snorkel.
Un crucero por la Polinesia francesa te deja marcado para toda la vida. La belleza de este lugar es indescriptible. El viaje es largo, pero la recompensa es más que merecida.
Si queréis saber más sobre la Polinesia francesa, las islas de Tahití, Moorea o Bora Bora o cualquier duda que tengáis sobre este paraíso del Pacífico, podéis escribirnos a info@consejerosviajeros.com o dejar vuestros comentarios.
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