Sumérgete en las Bermudas, un archipiélago compuesto por 150 islas, de las cuales seis son las principales. Muchas de ellas están comunicadas por puentes, por lo que da la apariencia de una gran isla con varias pequeñas salpicadas a su alrededor. Esta zona es famosa por el temible triángulo de las Bermudas, en el que los navegantes de antaño decían que desaparecían misteriosamente los barcos en su travesía hacía América. Y visto que hay más de 2000 embarcaciones naufragadas en los arrecifes que rodean las islas, parte de razón en cuanto a su temeridad no les faltaba.
Realmente, el triángulo de las Bermudas abarca la gran zona delimitada entre Miami, Puerto Rico y Bermuda. Pero en torno a estas islas, todavía bajo soberanía británica, hay una gran barrera de arrecife que hace muy difícil su navegación, de ahí la gran cantidad de naufragios marítimos ocurridos históricamente, ideales para el diving.
Las aguas de las Bermudas son claras, y no muy profundas, ideales para un buceo de shipwrecks o, si lo prefieres, incluso para el snorkel en superficie sin tener que sumergirte.
Como hemos dicho, hay más de 2000 barcos naufragados en las islas, por lo que elegir un destino de buceo dependerá de los intereses de cada buceador. Lo bueno, que las profundidades máximas no superan los 18 metros, por lo que hay cabida para todo tipo de divers.
Uno de mis lugares preferidos para el diving de naufragios es el Montana, un barco de vapor hundido hace más de 150 años que conserva partes de su estructura intactas. La profundidad máxima es de 12 metros, y todavía se puede ver durante el buceo las calderas de vapor y una impresionante vida marina, entre los que veremos numerosos pargos y barracudas, que hacen del arrecife artificial su casa.
Durante el buceo, puedes penetrar en el interior del Montana, adentrarte en la proa y ver la rueda de madera característica de estos barcos de vapor.
La mayoría de las salidas de buceo combinan esta inmersión con la visita al Constellation, otro barco de madera construido a principios del siglo XX que se ubica muy cerca del Montana. El Constellation era una goleta de cuatro masters hundida en las Bermudas durante la Segunda Guerra Mundial. Durante este diving, podemos ver parte de su carga, como sacos de cemento, tazas y botellas de esmalte de uñas esparcidos en un fondo arenoso a 12 metros de profundidad. Curiosamente, la única carga recuperada fue el whisky.
Otros sitios destacados de buceo son el avión bombardero hundido en 1963. Se encuentra a unos 9 metros de profundidad y llama la atención, sobre todo, el brillo del aluminio al acercarse. El aparato está partido en dos partes, y es también una muy buena recomendación para snorkelers, ya que la visibilidad desde la superficie es muy buena.
Imprescindible también el diving al Sea Venture, un pecio hundido a unos 17 metros de profundidad que se conserva casi intacto. Este buceo es apto para todo tipo de divers, ya que te permite adentrarte en diferentes zonas, cabinas y escaleras, como si lo estuvieras visitando a pie.
Si queréis combinar el buceo de barcos hundidos con el de arrecifes naturales, hay otros lugares recomendables. Para mí, imprescindible el Hangover Hole, un grupo de corales situados a unos 16 metros de profundidad al que llegas después de pasar por un arco submarino que te adentra en un agujero lleno de color y luz. La vida marina es impresionante en este lugar. Y hay muchos otros, como el Barracuda Reef o el Breaker, además de otros interesantes barcos hundidos, como el North Carolina, pero si quieres conocerlos, o más información, no dudes en contactarme para tus consejos; no te costará nada.