Recorrerse el Mar Negro en crucero es uno de los nuevos destinos que las navieras están empezando a hacer desde hace un par de años. Y el crucero no decepciona, sobre todo a aquellos que buscan nuevas rutas para recorrer cómodamente desde el lujo de un crucero.
Para hacer un crucero por el Mar Negro, podemos tomar como puertos de salida Atenas o Estambul. Incluso hay algunos, de más días, que salen de Génova y combinan ta,bién el Mediterráneo. Las ciudades a visitar son las ucranianas de Odessa, Yalta y Sevastopol, aunque con el conflicto de Crimea hay navieras que las cambian; el puerto rumano de Constanza y el búlgaro de Burgas, atravesando el espectacular estrecho del Bósforo. También podemos añadir, si es un crucero largo, Atenas, Kusadasi y alguna isla griega como Mykonos o Santorini.

Una de las primeras escalas en el crucero es Odessa, en Ucrania. La ciudad es antigua y su símbolo es la calle Deribasovskaya, ideal para disfrutar un paseo por el centro de la ciudad. No os perdáis en vuestro recorrido el Museo Pushkin, la Catedral de la Transfiguración, la Opera de Odessa y los numerosos parques distribuidos por la ciudad. Una de las casas más singulares que podemos ver está situada en el callejón de Vorontsov, con un edificio en forma triangular, pero que desde algunos ángulos puede parecer perfectamente plana. Este es un diseño arquitectónico único que no tiene igual en ninguna parte del mundo.

Y uno de los atractivos principales de la ciudad son las Catacumbas de Odessa, que comprenden cerca de 2.500 kilómetros de galerías laberínticas y que podemos recorrer parte de ellas para apreciar la vida de los refugiados.
Continuando nuestro crucero por el Mar Negro, llegamos a Yalta, conocida por ser un balneario extraordinario. Está considerado un museo al aire libre. El lugar más popular para los paseos por la ciudad es la avenida de Lenin, encuadrada por las palmeras. Aquí podemos ver la casa-museo de Antón Chéjov, un gran escritor ruso que vino aquí para curarse. El templo más conocido de la ciudad es la catedral de Alexandr Nevsky, construida según el estilo antiguo ruso de finales del siglo XIX.

Pero, sin duda, lo que casi todo el mundo quiere ver es el Yalta Swallow’s Nest, conocido como el nido de golondrina, un castillo situado a las afueras de Yalta, en Gaspra, construido en lo alto de un acantilado de 50 metros de altura. Impresionante su visión.
Sevastopol es otro puerto de escala. Se trata de una ciudad portuaria famosa por ser el lugar donde se encuentra la base de la Flota del Mar Negro de la Armada de Rusia. Es posible visitar una de sus antiguas bases secretas para recorrer impresionantes túneles, llenos de historia de la Guerra Fría y la amenaza nuclear. El muelle de Conde, situado justo donde atraca el crucero, es otro atractivo de la ciudad. Aquí se puede encontrar el monumento instalado en el mar en honor de las naves hundidas, el Memorial de la defensa de Sevastopol.

Saltando ya a Rumanía, el crucero nos lleva a la preciosa Constanza, una de las metrópolis más antiguas y más grandes de Rumanía. Esta urbe también puede ser visitada en un crucero fluvial por el Danubio. En Constanza tenemos numerosos vestigios romanos, como la Plaza de Publio Ovidio y los Mosaicos romanos situados en esta misma plaza. Llamativo es también el antiguo faro de los genoveses (Farul Genovez), de casi 8 metros de alto y construido en honor de los comerciantes genoveses que dominaban el comercio marítimo en el siglo XIII.
El Casino de Constanza es uno de los edificios más importantes de la ciudad. Se trata de un edificio Art Nouveau, situado al final de un hermoso paseo marítimo a orillas del Mar Negro. Otros atractivos de la ciudad son sus numerosos museos y la Catedral Ortodoxa de San Pedro y San Pablo, en la que destacan los murales de estilo neo-bizantino del interior.

Y llegamos a Bulgaria, para hacer escala en Burgas, uno de los puertos más importantes de la zona. Entre los atractivos de la ciudad vale la pena visitar el Museo Regional de Historia de Burgas y la Catedral de «San Cirilo y San Metodio», con sus imponentes vidrieras de la entrada principal. Pero la mayoría de visitantes se desplazan a la pequeña Nessebar para disfrutar de una bellísima y tranquila ciudad llena de historia. A poco más de una hora de Burgas, este pueblo combina edificios históricos ortodoxos con bellas playas.
Y de este modo acabamos nuestro crcuero por el Mar Negro propiamente, aunque tendremos que volver a cruzar el estrecho del Bósforo, que es imprescindible disfrutar desde la cubierta, para llegar a Atenas y, posiblemente y dependiendo del crucero que reservemos, hacer alguna escala más en Kusadasi, Mykonos o Santorini, antes de regresar a Estambul, puerto principal de salida para un crucero por este itinerario.
Pero hay muchos más secretos de este itinerario. Si queréis saber más sobre las escalas o información en general, podéis dejar vuestros comentarios o mandarme un email.