Hoy recorremos Monaco y la Costa Azul francesa. Si piensas en Francia, seguramente haya dos, ó tres, lugares que te vienen a la mente: París, sin duda, Mont Saint Michel y la Côte D’Azur francesa. Geográficamente, la Costa Azul del sur de Francia se extiende entre Saint Tropez y Menton, en la frontera con Italia, aunque hay quien la inicia en Marsella, parte más propia de la Provenza.
Centraremos nuestro viaje a la Côte D’Azur entre Niza y Monaco, aunque en próximas ediciones extenderemos nuestras experiencias a Saint Paul de Vence, Antibes, Cannes y Saint Tropez.
Niza es la capital turística de la Costa Azul. Su aeropuerto en verano es el segundo con más tráfico aéreo, superando incluso a Paris Orly. Es una ciudad abierta al mar, aunque su playa, llena de pequeñas e incómodas piedras en lugar de arena, carece de atractivo. El centro histórico de la ciudad es un precioso entramado de callejuelas con edificios históricos, entre los que cabe destacar la Catedral. Tiene muchísima influencia italiana en el estilo arquitectónico de sus edificios, ya que durante muchos siglos fue parte de Italia.
Visita imprescindible es el Marche aux Fleurs, el Mercado de las Flores, donde cada mañana se colocan puestos ambulantes para vender productos frescos, como quesos y, como no, flores. Desde aquí, el acceso a la famosa Promenade des Anglais está a cinco minutos a pié. En este famoso Paseo de los Ingleses, construido por ellos, de ahí su nombre, se pueden ver edificios históricos tan conocidos como el Hotel Negresco. Subir a la colina del Castillo para disfrutar de unas espectaculares vistas de la ciudad vale mucho la pena, con la ciudad antigua a tus pies y toda la Promenade ante ti.
Entre Niza y Monaco hay 28 kilómetros de distancia, y tres carreteras (si eliminamos la autopista) para llegar: la Bass Corniche, la Moyen Corniche y la Grand Corniche. La primera es la carretera de la costa, por la que llegas al Principado después de atravesar pequeños pueblos costeros como Villefranche Sur Mer, Eze Sur Mer o Cap D’Ail. Si tomas esta ruta, desvíate en Cap Ferrat para impresionarte con sus enormes mansiones de ricos. La Grand Corniche va casi por la montaña, con grandes vistas de la costa.
Pero la más escénica es la Moyen Corniche, ya que te permite hacer paradas en miradores panorámicos con espectaculares vistas de Monaco y un litoral impresionante. Durante años trabajé como guía turístico en la zona y cada día veía un nuevo paisaje, sin cansarme de admirarlo. Deleitarte con unas preciosas vistas de una de las bahías más bonitas del mundo, Villefranche, es la mejor manera de empezar el día. De ahí, visitar el pequeño pueblo de Eze, donde sólo viven 18 personas durante todo el año, ubicado en lo alto de una roca con espectaculares vistas de Cap Ferrat y gran parte de la Costa Azul, es parada obligatoria. Con calles muy empinadas, empedradas, y unas vistas dramáticas, una parada de una hora es suficiente. También se puede aprovechar para hacer una visita gratuita a la famosa fábrica de perfumes Fragonard, donde puedes aprender curiosidades sobre el mundo de los perfumes.
Desde Eze, es recomendable bajar a la Bass Corniche y entrar en Monaco por Cap D’Ail. El Principado, el segundo estado más pequeño del mundo después del Vaticano, se divide en cuatro zonas: Le Rocher o Vieux Ville, la roca donde se ubica la parte histórica y más antigua del país; Fontvieille, la parte industrial ganada al mar; el Puerto, por donde discurre el Gran Premio de Fórmula 1; y Monte Carlo, la zona de lujo del Casino y los grandes hoteles.
Lo mejor es comenzar la visita por la Roca, donde puedes ver la Catedral de Monaco, las tumbas de Rainiero y Grace Kelly, y el Palacio del Príncipe, donde a las 12 del mediodía se realiza el cambio de guardia. Las vistas desde la Roca hacia Fontvieille y el Puerto son fantásticas.
Desde Le Rocher bajamos al Puerto, para ver la línea de salida del famoso Gran Premio de Fórmula 1. Si continuamos su recorrido, llegamos a la Plaza del Casino, donde el lujo se hace visible y donde un café en el Hotel de Paris puede costarte los ahorros de estas vacaciones. Bajando hacia la playa de Monte Carlo llegamos a la zona de los grandes hoteles de lujo y al famoso túnel de la Formula 1. Atravesar el túnel y llegar al puerto es llegar a los sueños, con magníficos yates y barcos de lujo al alcance de muy pocos.
La mejor época para visitar Monaco y la Costa Azul francesa es mayo, por varias razones: es cuando se celebran los grandes eventos, como el GP de Fórmula 1 o el Festival de Cannes, y el calor no es asfixiante.
Es muy cómodo moverse en coche propio, pero a veces el tráfico y, sobre todo el aparcar, puede ser una locura. Por eso resulta de gran utilidad la tarjeta City Pass (puedes comprarla en este enlace: City Pass) que te permite aparcar en el centro de la ciudad y usar el bus turístico para disfrutar de Niza, Mónaco o Marsella.
Si quieres conocer otros sitios de la Côte D’Azur, ampliar ruta a Antibes, Saint Paul de Vence, Cannes y Saint Tropez, contáctame para darte toda la información y los consejos de manera gratuita.