Con la idea de proteger los arrecifes naturales, las casi 500 estatuas del Museo Submarino de Cancún crea un mundo subacuático increíble. Hoy es el arrecife artificial más grande del mundo.
Bucear el Museo Submarino de Cancún es una experiencia única. La creación de vida artificial con cemento marino ha atraído a una fascinante vida natural submarina. Y ha permitido la aparición de nuevos corales. Algo fascinante. Así es el MUSA de México.
Ubicado entre las Costas de Cancún e Islas Mujeres, este arrecife artificial surge en 2009 con una doble finalidad: alejar a las masas de turistas que estaban dañando la barrera de coral natural y crear un nuevo hogar para la flora y la fauna marina local.
El Museo Submarino de Cancún busca demostrar la coexistencia entre el arte y las ciencias ambientales, ya que, con el paso del tiempo, la vida marina encuentra refugio en estas piezas. La generación de esta vida convierte a las piezas del museo en un conjunto de arrecifes artificiales. Las esculturas se fijan al fondo del mar y están hechas de un concreto marino especial que facilita la creación de corales en su superficie.
El museo se divide en dos Galerías: Manchones y Punta Nizuc. Las esculturas en Machones se ubican a 8 metros de la superficie por lo que se recomienda el buceo para una mejor apreciación de la colección. En Punta Nizuc, únicamente se permite realizar snorkel, ya que las piezas se encuentran a escasos 4 metros de profundidad. En los próximos años se colocarán nuevas piezas en Punta Sam.
Reproduciendo escenas de la vida cotidiana, como un hombre viendo la tele, un coche Beetle, o un grupo de personas reunidas, el Museo Submarino de Cancún es hogar de una gran variedad de peces, tortugas y rayas, entre otros. Y el coral está empezando a crecer.
Cada grupo de esculturas tiene un nombre: El Coleccionista de Sueños, el Hombre en llamas, La Promesa o La Evolución Silenciosa. La autenticidad de cada estatua resulta impactante. Nos podemos ver identificados en los rostros de algunas creaciones.
Para la construcción del Museo Submarino de Cancún se utilizaron como modelos personas reales de la zona. Un niño de cinco años fue cubierto por cemento marino para crear una reproducción suya. Lo mismo ocurrió con una mujer embarazada, una monja o un pescador. Hoy estas estatuas están cubiertas de algas y pólipos de coral que crean figuras misteriosas y fascinantes. Un espacio único.
Las casi 500 estatuas que aquí nos encontramos fueron creadas con dos finalidades: proteger los arrecifes naturales más dañados y construir un nuevo hogar para la fauna y flora marina. Y objetivo cumplido por el momento. Pero además, han hecho que Cancún e Islas Mujeres ofrezca un nuevo atractivo a los buceadores, sumergirse en el arrecife artificial más grande del mundo, entre estatuas y espacios reales. El Museo ocupa un área de más de 420 metros cuadrados y en su conjunto pesa más de 200 toneladas.
Podemos visitar el Museo Subacuático de Cancún de varias maneras: en barco con fondo de cristal, haciendo snorkel o buceándolo. Para mí, la mejor experiencia es el diving, aunque la poca profundidad de la zona, con un máximo de 8 metros, hace del snorkel una muy buena alternativa para verlo desde la superficie.
En un mismo día de expedición al Museo Submarino de Cancún se pueden hacer dos inmersiones. En la primera puedes explorar el grupo de esculturas de La Evolución Silenciosa. Con la segunda puedes atravesar los Paisajes Marinos, con gratas sorpresas.
Pero, además, podemos bucear igualmente en la segunda mayor barrera de coral del mundo, la que se encuentra frente a las costas de Cancún. Combinamos así dos experiencias totalmente diferentes, únicas pero complementarias.
Si tienes en mente una escapada de vacaciones a la Riviera Maya mexicana, no dudes en dedicar un día a sumergirte en el Museo Submarino de Cancún. La experiencia merece la pena.
Y si quieres más información sobre este curioso destino o cualquier otro en México, no dudes en escribirnos por email a info@consejerosviajeros.com o en dejar tus comentarios a continuación.