Qué ver y hacer en Japón en dos semanas

Japón es diferente a todo destino previo que hayas visitado. Ofrece algo fascinante para cada viajero. Y conocer su gente y su estilo de vida es algo de lo más curioso en esta ruta de dos semanas por los imprescindibles del país.

Si os gustan las ciudades modernas, Tokio maravilla. Si preferís las tradicionales, Kioto es tu destino. Estos dos lugares deben de estar presentes en toda ruta por Japón. Y después podemos añadir curiosos destinos como la atómica Hiroshima y la encantadora Miyajima, el Monte Fuji o los místicos Nikko y Koya-San.

Las principales atracciones de Japón se encuentran al sur Tokio, por lo que la capital es buen punto de inicio. Y una recomendación, cómprate el JR Pass antes de llegar al país. Este pase te permite viajes ilimitados en tren por Japón, lo que es un medio de transporte ideal para esta ruta de dos semanas.

Al menos necesitas tres días para conocer algo de Tokio, una ciudad que combina modernos y gigantescos rascacielos con edificios tradicionales. Llena de museos, tiendas frikis de todo tipo, templos y jardines típicos japoneses, puedes pasarte hasta un mes tranquilamente en la capital. Pero entre los imprescindibles de Tokio no te puedes perder Harajuku y Takeshita Street, con tiendas de lo más variopintas, Akihabara, el barrio de electrónica con multitud de neones y cafés de sirvientas, Yanaka-Guinza, el vecindario más glamuroso de Tokio, admirar los rascacielos de Shinjuku o el loco paso de peatones de Shibuya. El escenario de luces nocturnas de esta zona te deja boquiabierto. Pero también vale la pena subir a la Torre de Tokio, a imitación de la Torre Eiffel, para unas vistas impresionantes de la ciudad, pasear por los jardines del Palacio Imperial y madrugar para ver el mercado de pescado de Tsukiji.

Y desde Tokio merece la pena ir al Monte Fuji, por supuesto. Eso sí, necesitas un día despejado para disfrutar de sus impresionantes vistas. Si el día está feo, no vale la pena el madrugón y la paliza de dos horas de viaje por trayectos hasta el Fujiyama. Pero es uno de los imprescindibles de Japón.

También desde Tokio es imprescindible ir a Nikko. Este conjunto de templos crea un ambiente pausado y melancólico que te cautiva. Gigantescos árboles escoltan pabellones, oratorios, altares y pagodas. El blanco de las puertas ceremoniales contrasta con el rojo de los torii y los bronces que rematan los tejados curvos. La entrada es cara, pero vale la pena visitar al menos el templo de Tosho-gu y el Mausoleo de Ieyasu Tokugawa, el sogún que cerró Japón a los extranjeros e instauró un férreo régimen militar de samuráis que duró más de dos siglos y medio.

Y desde Tokio nos vamos a Kioto, quizá la ciudad más bonita de Japón. Totalmente diferente a la capital, más tradicional, de casas bajas y callejones estrechos. Hay cientos de atracciones en la ciudad, por lo que te puedes pasar tantos días como quieras, pero al menos tres jornadas son necesarias. Y prepárate para caminar.

Un día lo dedicamos a la zona de Arashiyama, el famoso bosque de bambú y sus muchos templos, entre los que destaca el precioso Tenryū-ji y su jardín zen. Higashiyama, con sus múltiples recintos religiosos, incluido el santuario Chion-in, te ocupa otra jornada. Desde aquí puedes bajar por los jardines de Maruyama kōen hasta Gion, el barrio de las geishas, ideal para compras o una cena en alguno de los callejones de Kawaramachi.

En Kioto tampoco te puedes perder Nijō-jo, el castillo del sogunato Tokugawa, un maravilloso recinto de palacios, murallas y jardines que se conserva igual que en la época de los señores de la guerra. Y también merece la pena ir a Fushimi Inari, el famoso santuario cuyos torii anaranjados recorren más de cuatro kilómetros de caminos por el monte Inari. Sube a la cima para ver un fabuloso atardecer sobre la ciudad. Y como no, otro de los imprescindibles en Kioto es Kinkaku-ji, el Pabellón de Oro, en un precioso parque urbano.

Y a 15 minutos de Kioto en tren bala llegamos a Osaka. La verdad, la ciudad no diría que es imprescindible, pero una visita a su Castillo ofrece unas impresionantes vistas de esta moderna urbe. La zona de Dotombori o el barrio de Shinsekai resultan muy curiosos.

A menos de una hora en tren de Kioto está Nara, y esta sí que es otra visita imprescindible en nuestra ruta por Japón. El principal atractivo es Nara Koen, un precioso jardín con numerosos templos budistas, museos y miles de ciervos en libertad. El famoso Tōdai-ji guarda el Buda gigante de más de 16 metros de altura forrado con 130 kilos de oro. Nandai-mon es la puerta principal de entrada. El templo Nigatsudo es famoso por las excelentes vistas de la ciudad, y el Sangatsu-do es el edificio más antiguo de todo el recinto. Otro de los templos destacados es la pagoda de cinco pisos del Kōfuki-ji.

Y también entre los destinos imprescindibles en nuestra ruta por Japón está Koya-San. Recomendable pasar una noche en este fascinante conjunto de más de 110 templos, el lugar más importante del budismo shingon japonés. Ubicado en la península de Kii, puedes llegar en teleférico a lo alto de estas ocho cimas donde reina la espiritualidad e incluso puedes orar con los monjes. Entre los templos que destacan están Okunoin, uno de los lugares más sagrados de Japón y rodeado por uno de los cementerios más grandes del país, Daimon, la gran puerta, el Templo Kongobu-ji, el Danjo Garan, que es el más importante, y el Daito, que es uno de los más representativos.

Continuamos nuestra ruta hacia el sur de Japón. Llegamos a Hiroshima, famosa por la dramática bomba atómica del 6 de Agosto de 1945. La ciudad en sí carece de atractivo, pero una visita al Parque de la Paz y al Museo de la Bomba Atómica resulta impactante. Si eres sensible, no lo visites. En esta zona encontramos la Cúpula Genbaku, la zona cero de la Bomba Atómica.

Desde Hiroshima no puedes dejar de visitar Miyajima, una isla preciosa famosa por el Torii en el agua. Se tarda 45 minutos en ferry desde Hiroshima y es uno de los lugares más mágicos de Japón. Además de su gran Torii, la puerta en el agua, y parte del santuario de Itsuskushima, vale la pena visitar el templo Daishoin, con unas bonitas vistas de la isla y la pagoda de cinco pisos Goju-no-to. Y subiendo al monte Minsen las vistas son espectaculares.

Al norte de Japón, la naturaleza domina. La isla de Hokkaido ofrece paisajes nevados en invierno y campos llenos de flores en verano. Sapporo, los baños termales Jozankei Onsen y Otaru, Furano y sus preciosos campos de lavanda o la zona de Noboribetsu o Hakodate son puntos imprescindibles de nuestra ruta.

Y como consejos a tener en cuenta, es muy importante saber qué queremos ver para decidir cuándo ir, ya que cada estación del año ofrece algo único. Además, compra el JR Pass de tren antes de llegar a Japón, como ya os dijimos.

Si quieres saber más sobre esta ruta por Japón o alguna de las regiones que no hemos incluido, puedes contactarnos por email a info@consejerosviajeros.com o dejar tus comentarios a continuación.

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