Cannes y la Costa Azul

Hace algunas semanas comentábamos en esta sección un recorrido por la Costa Azul francesa, entre Niza y Mónaco, quizá la zona más conocida. Pero, como decíamos, la Côte D’Azur abarca mucho más. Hoy vamos a recorrer la otra parte de la región, la situada entre Niza y Cannes, descubriendo preciosos pueblos como Saint Paul de Vence o Antibes.

Si tomamos de nuevo como base y punto de partida Niza, al tener el aeropuerto principal de toda la Costa Azul, unos de los principales en Francia, y numerosos hoteles de todo tipo, Cannes se encuentra a 42 kilómetros de distancia. Para el recorrido por la costa occidental, es recomendable tomar la autopista que va directa de Niza a Cannes, ¿por qué? Porque el regreso lo haremos paralelo al mar, llevando el coche en este sentido siempre a la orilla del agua con unas vistas espectaculares de Jean Les Pines, el Cap D’Antibes, Antibes y toda la costa, para luego desviarnos al interior a Saint Paul de Vence, para mí la joya de esta excursión, y posteriormente regresar a Niza.

Vistas de La Croissette de Cannes desde Le Suquet.
Vistas de La Croissette de Cannes desde Le Suquet.

En Cannes, lo más destacado a visitar es La Croissette, el paseo marítimo donde se ubican las grandes tiendas de renombre y los hoteles de lujo, y donde podemos ver el Palais du Festival, famoso por ser el lugar de celebración del Festival de cine en mayo.

Pero es muy recomendable perderse por el antiguo barrio de pescadores de Le Suquet, subir a lo alto donde hay un mirador con vistas espectaculares de la ciudad y la isla de Santa Margarita, un monasterio abandonado donde se rodó el Hombre de la Máscara de Hierro, descubrir los numerosos murales pintados por toda la ciudad y acercarse a las huellas de los famosos que han pasado por la ciudad en el paseo de la fama.

Vistas de Antibes con los Alpes nevados al fondo.
Vistas de Antibes con los Alpes nevados al fondo.

Si os apetece ir de compras, Cannes es famosa por el shopping, con las marcas más caras a pie de calle, aunque también ofrece algunos mercadillos interesantes. Nos podemos asombrar también con el hotel Carlton o el Martinez, de bellísimas fachadas, o culturizarnos con el Museo de la Malmaison, de La Castre o del Mar.

Saliendo de Cannes, tomamos la carretera de la costa para disfrutar de preciosas vistas de la costa y el Cabo de Antibes, una de las zonas residenciales más lujosas de toda la Costa Azul. Las grandes mansiones son espectaculares, y el agua cristalina a pie de puerta nos atrae al baño. Pasamos por Jean Les Pins, una zona turística de playa y segunda residencia de parisinos, para llegar a Antibes, un precioso pueblo fortificado en la costa con uno de los puertos deportivos de yates de lujo más grandes del mundo, Port Vauban.

Port Vauban, en Antibes, con los grandes yates de lujo.
Port Vauban, en Antibes, con los grandes yates de lujo.

Aquí podemos quedarnos impresionados por los enormes y lujosos yates que aquí están anclados, y también podemos ver algunos famosos sobre ellos. Pero Antibes ofrece un precioso paseo por la muralla medieval que rodea la ciudad, una visita al Museo Picasso, el pintor malagueño que hizo de Antibes su residencia en sus últimos años, y adentrarnos en los mercadillos callejeros de arte y comida para degustar la cocina local. Antibes es una delicia sin masificar, por lo que vale la pena disfrutarla tranquilamente.

Y por último, antes de regresar a Niza, abandonamos la costa y nos desviamos ligeramente al interior para visitar Saint Paul de Vence, en mi opinión, el lugar más bonito de toda la Costa Azul. En verano está masificado, ya que es el tercer lugar más visitado de toda Francia por detrás de París y Mont Saint Michel, pero no podemos perdérnoslo. Este precioso pueblo medieval se hizo famoso gracias a los pintores impresionistas que se vinieron a localidad a desarrollar su arte, pintándolo en muchas de sus pinturas.

Entrada a Saint Paul de Vence.
Entrada a Saint Paul de Vence.

Decían que Saint Paul tiene una luz diferente, que cambia a cada momento. Y no sé si será la luz, pero la localidad tiene algo que engancha al visitante. Sus calles empinadas, empedradas, sus casas de fachadas adornadas con flores de colores, sus callejuelas estrechas, sus vistas desde lo alto, sus galerías de arte, o todo en su conjunto, hacen de Saint Paul de Vence una delicia medieval. Numerosos son los atractivos del pueblo, pero perdernos por él dejándonos llevar es lo mejor que podemos hacer.

De regreso a Niza, podemos ver el espectacular edificio residencial Marina Baies des Anges, en forma de velas de barco.

Es muy cómodo moverse en coche propio, pero a veces el tráfico y, sobre todo el aparcar, puede ser una locura. Por eso resulta de gran utilidad la tarjeta City Pass (puedes comprarla en este enlace: City Pass) que te permite aparcar en el centro de la ciudad y usar el bus turístico para disfrutar de Niza, Mónaco o Marsella.

Pero si queréis conocer más detalles de Saint Paul, Cannes o Antibes, no dudéis en contactarme para daros la información que necesitéis.

info@consejerosviajeros.com

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