Lo mejor de la Capadoccia en una ruta imprescindible

Paisajes que parecen de otro planeta. Ciudades subterráneas. Iglesias y casas excavadas en rocas. Formas y colores memorables. Imposible describir la Capadoccia de Turquia. Hay que vivirla.

La Capadoccia se encuentra en el centro de Turquía. Un país enorme. Puedes llegar hasta aquí en viaje por el país, o bien volando desde Estambul. Hay dos aeropuertos, el de Nevsehir y el de Kayseri.

Y para recorrer la Capadoccia, igualmente, puedes hacerlo en tour organizado o por libre. Si decides esta última opción, vas a necesitar un coche de alquiler. Las distancias son cortas, pero hay muchas paradas en el camino que hacer.

El centro de esta región es el pueblo de Goreme, buen punto para tomarlo como campamento base. Y para alojarte en algunas casas cueva. Y desde aquí, puedes hacer rutas de pocos kilómetros al día.

Una de estas rutas por la Capodoccia te tiene que llevar al Museo al aire libre de Goreme. Aquí podrás maravillarte con casi una treintena de iglesias de los siglos X-XII, excavadas en la roca. Algunas aún conservan sus frescos en el interior. No es necesario visitarlas todas, pero sí al menos las más destacadas, como Elmali Kilisi, la iglesia de la manzana, Yilanli Kilisi, la iglesia de la serpiente, o Karalink Kilisi, la iglesia oscura. A esta visita es necesario dedicarle al menos unas tres horas.

Y desde aquí, no te pierdas Uchisar, un pueblo en lo alto de un montículo rocoso con casas excavadas en la roca. Y en la cima, el Castillo, una fortaleza del siglo I. Después de pagar la entrada y subir unos 120 escalones, las vistas suponen una gran recompensa. Incluso puedes ver el volcán Erciyes, uno de los tres en la Capadoccia.

Muy cerca, y menos turístico, se encuentra el Castillo de Ortahisar, ubicado en un pueblecito muy auténtico. Llegar a lo más alto puede suponer casi el hacer escalada.

Y antes de acabar el día, puedes recorrer el Valle de las Palomas, con innumerables palomares tallados en la roca. En Capadocia los excrementos de estos animales son muy valiosos, ya que se utilizan como abono. Tener un palomar es signo de riqueza.

En tu regreso a Goreme, y al atardecer, es recomendable subir a alguna de las colinas cercanas para disfrutar de un atardecer único sobre la Capadoccia.

En tu segundo día en la Capadoccia, hazte un recorrido por los Valles más famosos de la región. El de la Imaginación es un zoológico en piedra, ya que cada roca dibuja un animal. Y el Valle del Amor es una enorme planicie con piedras en forma fálica. Muy curioso.

Pero el más famoso de todos es el Valle de los Monjes, donde se encuentran las fascinantes Chimeneas de las Hadas. Yo las llamo percebes, ya que tienen un tallo de roca blanda coronado por un capuchón de piedra dura en forma de cáscara. Es un lugar para deleitarse desde dentro y desde fuera, con espectaculares miradores a estas curiosas formaciones rocosas.

En este día puedes aprovechar también para recorrer Zelve, un pueblo de casas excavadas en roca rojiza con formas cónicas. Hoy está abandonado y constituye un Museo al aire libre. También puedes visitar Cavusin, otra ciudad abandonada tallada en roca. En su interior encontrarás iglesias, palomares y las conocidas como casas de los trogloditas.

Pero si de verdad deseas conocer una ciudad de la Capadoccia, visita una ciudad subterránea. Tanto Kaimakli como Derinkuyu son una buena opción para recorrer túneles oscuros y minúsculos y conocer las antiguas casas de sus habitantes bajo tierra. Construcciones que datan del siglo IV antes de Cristo, que descienden hasta 100 metros de profundidad, con entradas selladas por enormes rocas que daban acceso a viviendas, escuelas e incluso bodegas. Una experiencia fascinante, pero claustrofóbica.

Otro destino que merece la pena conocer en la Capadoccia es Urgup, donde se encuentra la Colina de los Deseos, que ofrece unas bonitas vistas. Por cierto, aprovecha para usar el hammam más antiguo de la región. O acercarte a las Chimeneas de las Hadas Gemelas, dos curiosas rocas altísimas con un mirador espectacular.

Un poquito más alejado está Gumusler, un curioso y antiguo monasterio excavado en la roca blanda de tufa y que conserva unos espectaculares frescos del periodo bizantino. Las pinturas que decoran las paredes del complejo monástico resaltan por su colorido y su excepcional estado de conservación.

¿Y qué pasa con el vuelo en globo aerostático? ¿Es aconsejable? Pues sí. Y mucho. Y por eso lo dejamos para el final. Uno de estos días vas a tener que madrugar mucho para, antes de que salga el sol, lanzarte en una aventura que te llevará a sobrevolar la Capadoccia en globo. Es una experiencia cara pero que merece mucho la pena. La amalgama de colores y formaciones rocosas bajo tus pies es un espectáculo fascinante. Completada con un cielo inundado de color entre más de 200 globos que salen a esa hora. No te lo puedes perder.

Así es la Capadoccia de Turquía. Un destino único. No hay otro igual en el mundo. Lleno de sorpresas que no te defraudarán.

Si te han quedado dudas o tienes cualquier pregunta, puedes contactarnos por email a info@consejerosviajeros.com o dejar tus comentarios a continuación.

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