A veces confundimos Holanda con Países Bajos, aunque no es lo mismo. Un país de ciudades medievales perfectamente conservadas, infinitamente plano y dominado por el agua.
Holanda es una de las 12 regiones que componen los Países Bajos, el país. Famoso por ser un país llano, es posible recorrerlo tranquilamente en bicicleta, aunque nosotros hemos elegido el coche para una ruta de una semana.La puerta de entrada suele ser Ámsterdam, capital de Holanda, la provincia, y de los Países Bajos, el país. Aquí vale la pena pasar dos días. Uno para la ciudad. Y otro para sus muchos museos, como el de Van Gogh, el Rijksmuseum o el Hermitage. Sí, el Hermitage en Ámsterdam.
Pero perderse por la capital tiene recompensa. El corazón está en la Plaza Dam, con el Palacio Real, la Iglesia Nueva y el Monumento Nacional. La Casa de Anna Frank es un crudo recuerdo de la Segunda Guerra Mundial y la persecución judía. Y el famoso Barrio Rojo es visita obligatoria para descubrir por qué son famosos los Países Bajos. Pero, además, en Ámsterdam hay numerosas zonas verdes en forma de gigantescos parques. Y es la casa de una de las cervezas más famosas del mundo: Heineken. Su fábrica se puede visitar y degustar.
Desde la capital holandesa puedes empezar una ruta circular por el país. Los trayectos son cortos. Ya cerca de Ámsterdam puedes conocer los preciosos pueblos de Zaandam, Volendam, Edam y Alkmaar.
Zaamdam es un museo al aire libre con varios molinos y casas del siglo XVII, así como tiendas con productos típicos locales. A pocos kilómetros se encuentra Volendam, una villa pesquera con casas de madera de colores. La calle del puerto está ocupada por restaurantes y tiendas de recuerdos. Y numerosos turistas. Desde aquí puedes coger un barco a la isla de Markem.
Al lado de Volendam está Edam, el pueblo donde se produce este famoso queso. Esta ciudad del siglo XII es realmente bonita, con edificios históricos y uno de los pocos puentes levadizos de madera que se conservan en los Países Bajos.
Más al norte se encuentra Alkmaar, tal vez la ciudad más bonita de todas. O la más tranquila. Aunque para gustos. Con más de mil años de vida, está localidad está rodeada de agua y conserva su casco histórico en perfecto estado. Pasear por sus calles es todo un placer.
Una ciudad en los Países Bajos que realmente sorprende es La Haya. Es famosa por ser la sede de la Corte Internacional de Justicia, ubicada en el Palacio de la Paz. Y destaca por su precioso Parlamente y el Museo Mauritshuis, con obras maestras de Rembrandt. Vale la pena perderse unas horas en La Haya.
Al igual que merece la pena perderse por las calles del pequeño pueblo de Delf. Es un lugar precioso. Su plaza del mercado, su Ayuntamiento y su curiosa Iglesia Vieja te cautivarán.
En tu ruta por los Países Bajos una parada obligatoria es Róterdam, con el puerto más grande de Europa y el segundo mayor del mundo. Una ciudad reducida a cenizas en 15 minutos por los bombardeos nazis de 1940. Y hoy en día, una ciudad reconstruida con edificios modernos y emblemáticos, como las Casas Cubo. Resulta una ciudad muy agradable para pasear y descubrir una arquitectura realmente sorprendente. Y si te gustan los Museos, el Museum Boijmans Van Beuningen merece mucho de la pena.
Desde Róterdam puedes tomar una excursión para conocer los diques de contención de agua por los cuales los Países Bajos son famosos. Estas obras de ingeniería, como Kinderdijk, Maaslantkering o Keringhuis, permiten al país mantenerse bajo el nivel del mar sin ser inundados. Conocer su funcionamiento es fascinante.
Cerca de Roterdam se encuentra Bolduque, un centro medieval con mucho encanto y nada turística. La ciudad se compone de canales, calles empedradas, acogedoras plazas, mucha tranquilidad y numerosos museos.
Si tomas dirección sur, puedes llegar a Maastricht. Pero en el camino vale la pena parar en Breda, con su famosa iglesia y su peculiar centro histórico, y en Thorn, un pequeño pueblo lleno de historia caracterizado por sus pequeñas casas blancas.
Una vez en Maastricht, es recomendable visitar la fortificación, unas murallas que te transportarán a la antigüedad. También puedes buscar la estatua de D’Artagnan. Muy cerca está Valkenburg, que conserva las ruinas de su antiguo castillo y un hermoso centro histórico.
Y algo diferente en los Países Bajos es la visita al Parque Nacional Hoge Veluwe. Esta gigantesca zona verde protege paisajes excepcionales. Y en su interior se encuentra el Museo Kröller Müller, que puedes visitar en bicicleta atravesando senderos preciosos. Al llegar a la entrada dejas tu bici junto al resto y empiezas la visita al interior del museo y al inmenso jardín para admirar sus 185 esculturas de grandes maestros del siglo XX.
También diferente es la visita a Giethoorn, uno de los pueblos con más encanto de los Países Bajos. Preciosas casas entre canales y puentes de madera es la foto típica de este curioso lugar con un lago de apenas un metro de profundidad.
Y ya de regreso a Ámsterdam para completar esta ruta circular, vale la pena parar en el pequeño y pintoresco pueblo medieval de Amesfoort. Sin apenas turismo, su tranquilo centro histórico y sus calles entre canales constituyen una dosis de relax.
A las puertas de la capital holandesa, Utrecht es otra parada obligatoria. En esta ciudad medieval de canales de dos niveles y numerosos monumentos en su casco histórico, destaca la Torre Dom. Tiene 112 metros de altura y es la torre de iglesia más antigua y más alta de los Países Bajos. Desde arriba, a 465 escalones, tendrás una vista panorámica increíble.
Y por último, puedes visitar el castillo más grande del país, la hermosa Fortaleza de De Haar. Una visita al castillo y a sus jardines siempre es agradable.
De vuelta a Ámsterdam, punto final de esta ruta circular por los Países Bajos, en coche, de una semana de duración. Si te han quedado dudas o tienes alguna pregunta, puedes contactarnos por email a info@consejerosviajeros.com o dejar tus comentarios a continuación.
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